Varios

¿Es Madrid ciudad para startups (relacionadas con los datos)?

[Esta entrada, simplemente, plantea una hipótesis altamente especulativa; expone una serie de argumentos su pro pero deja la pregunta abierta y la respuesta al buen criterio del lector.]

El año pasado di un curso de estadística bayesiana (¿a alguien le interesaría que lo impartiese en su empresa o institución?) en la UPC, en Barcelona. En un descanso hablé brevemente con una alumna que estaba buscando trabajo en el mundo de la ciencia de datos. Le pregunté si no le interesaría mudarse a Madrid (quienes vivimos en Madrid sabemos que no hay vida inteligente fuera de nuestra provincia, ¿verdad?) y me contestó que en Madrid no había nada, que no había empresas, que no había movimiento; que en BCN había muchas, pero que en la villa no le constaba. Me sorprendió (y lo admito, me ofendió un poquito) y respondí lo obvio: que si BBVA, que si Santander, que si Telefónica, que si Amadeus, que si… ¡tenemos decenas de factorías/churrerías de ciencia de datos por toda la periferia de la M-30!

Un acto fallido: la pregunta sigue, pues, abierta

Jot Down es una publicación recomendable. Aunque frecuentemente peque de a lo que tienden las publicaciones de letras (en el sentido menos amable del término): que prime el escribir bonito sobre la sustancia, el argumento y su coherencia.

El artículo que motiva este se anuncia como Especulación inmobiliaria, tradición centenaria y recoge tres episodios (¿anécdota? ¿categoría?) bien conocidos pero florida y amenamente descritos:

  • El del duque de Lerma a principios del XVII.
  • El del marqués de Salamanca, en el XIX.
  • El que se deriva de la ley del suelo de 1998.

Se habla abundantemente de los aspectos negativos de los tres (recuérdese: de letras). Al tratar el último, el más interesante en términos efectivos, se arrima pero no llega a plantear (y, por supuesto, tratar de dar respuesta a) la pregunta más obvia. Es algo así como si en una película de intriga, en los últimos minutos, tras la escalada de la tensión, en lugar de resolver el misterio e identificar y detener al asesino, cambiase súbitamente el género y una horda de zombis se comiese el cerebro de todos los implicados.

Todos los seres vivos necesitan agua y las rosas necesitan agua, luego las rosas son seres vivos

El razonamiento que titula la entrada es falso. Pero tendemos a darlo por bueno si no pensamos demasiado (o despacio, en terminología de Kahneman) porque la conclusión es cierta.

A menudo, tenemos tantas ganas de llegar a una conclusión que nos parece tan justa y necesaria, que damos por buena cualquier manera de alcanzarla.

Coda: Sin método somos esclavos de nuestras prioris.

Sobre Madrid Central

[Lamento hacer una entrada que difícilmente encaja con el resto de las que suelo tratar por aquí. Pero son tantos los que preguntan mi opinión al respecto que he optado por redactarlas y contestarles con una url.]

Lo de Madrid Central no se ha notado en absoluto en mi barrio. Ni se notará. Vivo en una de las antiguas APR (áreas de prioridad residencial) de Madrid, que existen desde la noche de los tiempos y que son una especie de mini Madrid Central:

¿Inmigración cualificada en España? Pues va a ser que no

Hace unos años, una empresa Suiza se puso en contacto conmigo, nos gustamos mutuamente y allá que me fui a teclear como empleado suyo. Pero supongamos que una empresa española se pone en contacto con un estadístico de Senegal, se gustan mutuamente y se lo quiere traer. ¿Puede?

NO, NO, NO, no puede. No le dejan.

Porque para que el estadístico senegalés pueda trabajar, por ejemplo, en Albacete, hace falta que la profesión de estadístico aparezca en el Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura de Albacete. Si no aparece en la lista, solo pueden contratarse estadísticos comunitarios (o suizos).

¿Qué hay de malo en gorronear investigación básica?

El artículo Endogenous Technological Change de Paul Romer (nóbel de economia de este año) ofrece algunas pistas sobre la relación entre investigación (o I+D o como quiera llamarse) y desarrollo económico. En él se lee (con mi subrayado):

Rivalry and excludability are closely linked because most rival goods are excludable. (A parking space in a shopping center parking lot is an example of a good that is effectively nonexcludable because the cost of enforcing excludability is too high relative to the value of the good.) The interesting case for growth theory is the set of goods that are nonrival yet excludable. The third premise cited in the Introduction implies that technology is a nonrival input. The second premise implies that technological change takes place because of the actions of self-interested individuals, so improvements in the technology must confer benefits that are at least partially excludable. The first premise therefore implies that growth is driven fundamentally by the accumulation of a partially excludable, nonrival input.

Sartenes e ideologías

Si alguien me hubiese preguntado hace 15 años qué era para mí una sartén, le habría contestado: “un utensilio para hacer paellas”. Efectivamente, hace 15 años yo hacía unas paellas (y muy ricas, además) en una sartén. Y todos tenéis en mente la pregunta que debiera haberme realizado mi interlocutor.

Dejemos la gastronomía.

Hace unos días estaba viendo una entrevista en Youtube. El entrevistado se había declarado seguidor y partidario de una ideología (a la que me referiré como X porque no viene al caso identificarla) y el otro le preguntó: ¿y qué es para ti X? Y dijo algo parecido a lo de mi sartén: una herramienta para entender e interpretar el mundo. ¡Y nadie, nadie, nadie le hizo la pregunta obligatoria! Es decir: ¿y te parece X la herramienta más adecuada para entender e interpretar el mundo?

La ética, como un problema de aproximación funcional

Hoy, las notas primero.

Nota: Ética y moral son la misma palabra en sus idiomas de origen. En español se usan de diversas maneras y hay opiniones diversas al respecto. Las emplearé en el sentido de que la moral es la ética aplicada y la ética la teoría de la moral, defendida por algunos. Ética, entonces, es el producto intelectual de una gente que se dedica profesional o semiprofesionalmente a cavilar sobre el comportamiento humano.

Licitaciones por insaculación ponderada

Hace unos años, cuando aún no me había avivado en estos temas, recibí una llamada que me puso muy contento: en un ayuntamiento de nosedónde reconocían mis muchos méritos estadísticos y computacionales y me invitaban a participar en una licitación a vaya Vd. a saber qué cosa. Pero, vamos, lo que pasaba, como tantísimas veces, es que tenían ya escogido a un proveedor y necesitaban a dos comparsas para salvar el trámite burocrático de contar con tres propuestas.

Creo que necesitamos un neologismo para la versión pobre de solucionar

Mis colegas tecnólogos son casi todos víctimas de una confusión del pensamiento que se ha dado en llamar solucionismo tecnológico: identifican problemas y se les ocurren líneas de código en Python que podrían solucionarlos. Les recomiendo una incursión por las páginas de To Solve Everything Click Here.

Una ONG, no sé cuál, compró la publicidad en los andamios de un edificio próximo a mi casa. Decía que a 1400 niños les pasaba nosequé cosa mala al año (me acuerdo de la cifra y no de la cosa, lo siento) y exigían una ley para solucionar el problema. Identifican un problema y se les ocurren líneas de texto en el BOE que podrían solucionarlo. Supongo que existirá un adjetivo adecuado a solucionismo que identifique con precisión su particular patología intelectual. Y de paso, una instructiva lectura de la historia, que exisitirá, sobre las distintas leyes sobre vagos y maleantes que han existido y sus correspondientes eficacias.