Paradoja De Simpson

La paradoja (de Simpson) detrás de ciertos argumentos en pro de una subida generalizada de salarios

Trae El Confidencial un artículo de Javier Jorrín —según Jesús Fernández-Villaverde, el mejor periodista económico ahora mismo en España—, titulado La mejora de la productividad permitirá a las empresas prolongar la subida de salarios. El artículo se resume en tres enunciados que, así, en frío, según se verá, son contradictorios:

  1. Ha aumentado la productividad (PIB por hora trabajadda) en España.
  2. Eso da margen para que suban los salarios.
  3. El incremento de la productividad se debe a que ganan peso los sectores económicos más productivos.

La problemática relación entre (1) y (2) se la dejo a los economistas. Se pueden elaborar experimentos mentales en los que (2) se sigue de (1) y otros en los que no. Evaluar su pertinencia no es materia de estas páginas.

Aún más sobre la falacia ecológica

I.

Voy a retomar un hilo perdido en mi discusión del otro día sobre la falacia ecológica para abundar en una cuestión que tiende a obviarse a pesar de su gran importancia.

En aquella entrada fusilé/usufructé el siguiente gráfico:

En él se representan individuos (las elipses de colores) sobre los que hay medidas repetidas (las nubes de puntos que contienen) de cierto fenómeno cuantitativo. Lo relevante del gráfico es que:

Más sobre la falacia ecológica

El de la falacia ecológica es un asunto que ya he tratado en alguna ocasión. Lo retomo porque he encontrado una exposición excelente sobre el concepto de la que esta entrada es prácticamente un plagio.

Primero discute la historia del término. Se tiende a atribuir —yo también lo hice aquí— a W. S. Robinson en su artículo Ecological Correlations and the Behavior of Individuals. No obstante, parece que el término propiamente dicho es algo posterior: fue Hanan C. Selvin quien lo denominó falacia ecológica —con todas sus letras— en su artículo Durkheim’s Suicide and Problems of Empirical Research de 1958. Además, según la entrada que gloso, el concepto ya había sido tratado específicamente por E. L. Thorndike en su artículo de 1939 On the fallacy of imputing the correlations found for groups to the individuals or smaller groups composing them. No obstante, dada la ubicuidad de la falacia, apostaría bastante a que no costaría demasiado dar con otros precedentes (¿se puede decir precedentes previos sin que te riña Lázaro Carreter?).

¿Cómo ha evolucionado la altura media de los animales del zoo de Madrid en los últimos años?

Antes de explicar el por qué del título de la entrada y justificarla propiamente, permítaseme mostrar esto:

Es una gráfica que muestra la evolución de la altura media de los españoles durante el último siglo, aprox. Los datos son coherentes con la evidencia que muchos tenemos al recordar cómo eran los amigos de nuestros abuelos, los tamaños de las camas de antaño, la altura de las puertas y techos de las casas de pueblo, etc. De los museos antropológicos siempre saco la misma sensación: esa gente era enana, carajo.

Simpson sobre la desigualdad

Simpson, un viejo amigo de estas páginas, nos enseña, por ejemplo, cómo es posible que los salarios desciendan a lo largo de todas sus subcategorías y que, a la vez, crezcan en promedio en el tiempo. Basta para ello que se reduzca el peso la proporción de los trabajos peor pagados en la economía.

Los institutos estadísticos, a la hora de estimar el índice de precios, son conscientes del problema y elaboran cestas de la compra más o menos ideales (a lo Quetelet) y calculan su precio a lo largo del tiempo.

Lo que las diferencias de medias evocan

Si a uno le dicen que la diferencia de medias de determinado atributo entre sujetos de tipo A y sujetos de tipo B es 5, uno tiende a pensar (o, más bien, tengo esa sensación) que la diferencia de dicho atributo entre un representante al azar de A y uno al azar de B será alrededor de 5. Igual porque nos han educado mostrándonos imágenes no muy distintas de

Podría ser Simpson, pero a lo mejor es "otra cosita"

Observo en The deadly effects of losing health insurance cómo el efecto de interés, 15% sobre una población se convierte en efectos del 16%, 23% y 30% en sus tres subpoblaciones (útimas columnas de la tabla que ocupa la página 25). Es raro que el efecto combinado no esté cerca de la media ponderada (por población) de cada uno de sus subcomponentes.

Podría ser Simpson, pero hay motivos para pensar que hayan cambiado las proporciones de las poblaciones subyacentes (demasiado). Habría un efecto Simpson, por ejemplo, si se hubiese incrementado sustancialmente la proporción del grupo con el efecto (no confundir con la variación del efecto) globalmente más pequeño antes y después del tratamiento. Pero dudo que sea el caso.

Simpson, de nuevo: ahora con la mortalidad

La tasa de mortalidad ha crecido sustancialmente en los dos últimos años (tres, de hecho: el INE no publica datos para el 2017 todavía, pero yo los he y fe doy):

Sin embargo, la tasa de mortalidad para cada cohorte de edad decrece. Muestro las de las cohortes de edades múltiplas de cinco:

De nuevo, Simpson.

Nota: las cifras vienen expresadas en defunciones por cada 1000 habitantes. Los datos salen de aquí.

El IPT y la paradoja de Simpson

El INE ha comenzado a publicar una nueva estadística, el IPT o índice de precios del trabajo. Su primera entrega ha sido glosada por la prensa en artículos como este o este.

Es imperativo leer la nota metodológica asociada (resumida aquí y detallada en un enlace que contiene) para darse cuenta de los problemas de interpretación que acompañan al índice.

Se parece al IPC en el sentido que promedia el peso de cada salario (precio en el IPC) por el porcentaje de gente que lo gana (o que se compra en la canasta bienes y servicios del IPC). Son dos las cosas que pueden cambiar a la vez, por lo que la interpretación de los movimientos del índice pueden tener una doble interpretación.

No me ha salido, pero lo cuento igual

Creo que todos sabéis la historia de las admisiones de la Universidad de Berkeley y la paradoja de Simpson. Con palabras, muchas palabras, está contado, por ejemplo, aquí. Y si buscáis ubc admissions simpson en Google la encontraréis también en modo --verbose en muchos más sitios.

En R puede resumirse en

library(reshape2)
library(plyr)

data(UCBAdmissions)

raw <- as.data.frame(UCBAdmissions)

dat <- dcast(raw, Gender + Dept ~ <a href="http://inside-r.org/packages/cran/AdMit">Admit)

mod.0 <- glm(cbind(Admitted, Rejected) ~ Gender, data = dat, family = binomial)
mod.1 <- glm(cbind(Admitted, Rejected) ~ Gender + Dept, data = dat, family = binomial)

Echad un vistazo a los coeficientes de Gender en ambos modelos y veréis.

Simpson y la plebe anumérica

Supongamos que los habitantes de un país tienen una probabilidad determinada (y no necesariamente igual) $latex p_i$ de comprar un determinado producto. Supongamos que se lanza una campaña publicitaria que incrementa en una cantidad fija $latex \epsilon$, p.e., 5%, esa probabilidad.

Supongamos, finalmente, que se trata de una cantidad que se desea estimar.

Unos individuos reciben la campaña publicitaria. Otros no. ¿Cuál es la diferencia entre las proporciones de individuos que compran el producto en uno y otro grupo? ¿$latex \epsilon$? ¿Es esa nuestra mejor estimación?

La paradoja de Simpson en el 6eiiic

El día 26 de septiembre, alrededor del mediodía, participaré en el VI Encuentro Internacional de Investigación en Información y Comunicación.

Reproduzco aquí el no particularmente breve (y de hecho, el más largo de los publicados) resúmenes por si a alguien le tienta y se acerca:

Una parte fundamental de la labor de cualquier investigador consiste en interpretar adecuadamente los datos sobre los que trabaja. Existen innumerables obstáculos que dificultan dicho proceso: desde la inadecuada preparación para el análisis cuantitativo hasta los sesgos cognitivos estudiados por Kahneman, Tversky o Gigerenzer entre otros.