Twain, Grecia, Pisa, Cataluña y deontología

Leí un chiste el otro día: aparecía el ministro de economía de Grecia en su despacho revisando unos informes y comentándole a su asesor: “La única solución es volver a mentir”. No sin cierta dosis de razón nos recuerdan de vez en cuando la cita —de problemática atribución a Mark Twain—: Hay tres tipos de mentiras: mentiras pequeñas, mentiras grandes y estadísticas.

Ahora nos enteramos de que Cataluña maquilló el resultado del examen de PISA a la educación:

Un logro educativo bajo sospecha: Cataluña, que en la prueba PISA de 2009 mejoró sus resultados anteriores hasta igualar la media de la OCDE y superar la nota obtenida por sus compañeros del resto de España, maquilló la muestra de alumnado más allá de lo que estipula la OCDE, de forma que infrarrepresentó a los escolares inmigrantes y repetidores de la comunidad.

¿Es culpa de la estadística? Obviamente no. Si hubo manipulación, esta fue promovida por (ciertos) los poderes públicos. Pero, ¿fue la culpa de los estadísticos? Estoy seguro de que sí: ¿ninguno se plantó y protestó? ¿Todos acataron las instrucciones de arriba? ¿Habrán hojeado el código deontológico del International Statistical Institute?

Un estadístico no es un operario que tenga que decir que sí a la primera corbata escalafonada. ¿Imagináis qué pasaría si fuese un médico al que _invitasen a proporcionar un tratamiento inferior a un enfermo?