Decisiones "a ojo de buen cubero"
¿Os acordáis del problema de la carta del otro día? Lo extraje del libro Risk Savvy de G. Gigerenzer.
Uno de los grandes temas del libro es la distinción entre riesgo e incertidumbre. Se decanta por la perspectiva de Knight discutida en el enlace anterior: en situaciones de riesgo, la distribución de probabilidad es conocida (p.e., juegos de azar) y el aparataje probabilístico puede ser aplicado en su entera potencia matemática. En situaciones de incertidumbre, la situación es distinta y de poco o nada sirven los formalismos.
En la práctica, defiende Gigerenzer, la gente usa mecanismos, reglas de ojo de buen cubero (o de pésimo, en ocasiones; otro de los temas del libro). No es sencillo traducir expresiones como cue o gut feeling que tanto usa el autor en el libro propiamente al español. Creo que una de las más fidedignas sería la de ojo de buen cubero que, aunque excesiva en letras, recoge la idea de implicar una aproximación basada en la experiencia.
Tenemos y usamos todos reglas de (ojo de) buen cubero en muchas situaciones que involucran incertidumbre: qué móvil comprar, si meter el chubasquero en la mochila, si aceptar esta o aquella oferta de trabajo. Malas son, regularmente, las que utilizamos para lidiar con problemas relacionados con la probabilidad. El problema de las cartas con el que abro la entrada lo plantea como ejemplo de un caso en el que mucha gente tiende a pensar que la probabilidad es de 1/2 cuando realmente es de 2/3.
La historia de hoy viene a cuento de una regla de buen cubero que uno puede usar en estos contextos. Le he planteado el problema de las cartas a un compañero (muy agudo) y lo hemos estado discutiendo. Lo que nos ha conducido a otro problema emparentado, el de Monty Hall.
En puridad, estos problemas están en el ámbito del riesgo (no de la incertidumbre). Sin embargo, en ocasiones, no pudemos sentarnos con papel y boli a aplicar el teorema de Bayes. Y nuestras neuronas, malacostumbradas a Google, han perdido la capacidad para el cálculo mental. ¿Existe una regla de buen cubero que nos advierta (en el problema de Monty Hall, por ejemplo) que es mejor cambiar de puerta? Según él, sí: la de la cantidad de información.
En el problema de Monty Hall uno puede hacer dos cosas: mantener la opción original o cambiarla. Lo que ocurre, sin embargo, después de abierta una nueva puerta es un incremento en la información disponible sobre las restantes. Empecinarse en la opción original implica desechar dicha información. Por eso, un buen cubero debería cambiarla.
Y, efectivamente, con un poco de tiempo y agilidad neuronal, uno bien puede ver que eso, efectivamente, incrementa las probabilidades de éxito.
Un buen cubero siempre debería estar atento a aquello que, cualitativamente, incrementa su cantidad de información sobre un fenómeno.
Y eso es casi todo. Pero termino con una pregunta (¡complicada!) para mis lectores: ¿se imaginan alguna situación, un experimento mental, en que un buen cubero atento a incrementar su información sobre los fenómenos pudiese llegar a la conclusión equivocada? Es decir, una situación en que la regla fallase. ¿A alguien se le ocurre alguna?